¡Socorro, tenemos un bebé!: El proceso de convertirse en padres (parte II)


El problema con la familia es que los hijos abandonan un día la infancia, pero los padres nunca dejan la paternidad.
Osho



Los estudios que han seguido a mujeres y hombres  lo largo de todo el proceso de convertirse en padres evidencian que tal proceso suele conllevar desde cambios físicos hasta modificaciones en los conocimientos y en los sentimientos; cambios que en ocasiones son de naturaleza transitoria (cambios físicos o la depresión postparto), y que otras veces implican consecuencias permanentes (adoptar el rol de padre o madre, asumir la responsabilidad de cuidar a un hijo).








CAMBIOS INDIVIDUALES LIGADOS A LA MATERNIDAD/PATERNIDAD

1. Alteración de los hábitos cotidianos

Los cambios o alteraciones más comúnmente referidos tienen que ver con las pautas de sueño, el tiempo libre, los hábitos sexuales, el tiempo dedicado a tu pareja y amigos, y la disponibilidad y gasto de dinero. En la mayoría de los casos, estos cambios son experimentados en sentido negativo, sobre todo, aquellos cambios de hábitos que se perciben como más duraderos: falta de tiempo libre para uno mismo y las alteraciones en los estilos de ocio (Feldman y Nash, 1984).

2. Repercusiones sobre la identidad, el autoconcepto y la autoestima

El acceso a la paternidad por primera vez suele conllevar consecuecias profundas y permanentes en este ámbito, consecuencias relacionadas con la diversificación del autoconcepto y el enriquecimiento de la propia identidad, ya que aparece una nueva faceta del sí mísmo: el yo coo padre o madre.

No parece que este acontecimiento tenga una influencia significativa sobre la autoestima. Aunque algunos estudios encuentran cambios negativos en este aspecto, parece que se trata de alteraciones temporales más que de efectos permanentes.

3. La adopción de roles de género

El acceso a la paternidad suele conllevar una acentuación del carácter estereotipado de los roles de género (Palkovitz y Cope, 1988). En concreto, las mujeres suelen ser las que más cambian, experimentando una importante acentuación del rol femenino a raíz de convertirse en madres, lo que parece contribuir, como veréis a continuación, a una distribución de roles más tradicional entre ambos cónyuges tras convertirse en padres.

LAS RELACIONES ENTRE LOS PADRES

Si es cierto que  la llegada de un hijo modifica las activdades compartidas por ambos cónyuges y suele acarrear cambios en la distribución de roles entre ellos, parece que en lo relativo a la calidad de la relación ocnyugal los cambios son de pequeña magnitud y suele observarse una importante estabilidad en la evolución de cada pareja.

1. Los hábitos y la actividades compartidas

El impacto de la paternidad sobre las costumbres y rutinas cotidianas afecta tanto a los hábitos personales como a los relativos a las relaciones entre los padres. Ciertos cambios en las relaciones sexuales y, en general,  en pasar menos tiempo implicados en actividades compartidas. Tras el nacimiento  del niño, padres y madres informan de decrementos tanto en la frecuencia como en la satisfacción con las relaciones sexuales.


Diversos estudios encuentran que las actividades de ocio y recreativas que realizaban juntos hombres y mujeres (tanto dentro como fuera del hogar: pasear, salir a cenar, ir al cine, ver la televisión) descienden de forma significativa tras el nacimiento del bebé; en la mayoría de los casos, este efecto se prolonga durante varios años.

2. La distribución de roles y la división de tareas

La tradicional distribución de roles dentro de la familia comenzó a atenuarse hace años fruto del acceso de la mujer al trabajo extradoméstico y del creciente igualitarismo ideológico. Tras el nacimiento del bebé se produce una fuerte tradicionalización en la distribución de los papeles dentro del hogar. La mujer asume muchas más tareas de las consideradas tradicionalmente como femeninas. Aunque pequeño en magnitud, se observa un decremento significativo en la satisfacción conyugal tras convertirse en padres, especialmente en el caso de las mujeres.

Todos los cambios observados son de escasa magnitud, por lo que no se está hablando de grandes crisis, sino de ligeras modificaciones. Junto a la tendencia central de los datos en la dirección de un modesto decremento, todo los estudios coinciden en señalar una importante estabilidad intrafamiliar. Parece, que por tanto, no se puede afirmar que la llegada de los hijos destruya las relaciones de pareja, aunque sí parece claro que no las suele arreglar en el caso en el que estuvieran deterioradas. 

LA ACTIVIDAD LABORAL 


Debido probablemente a los patrones culturales predominantes, será la madre, y no el padre, quien experimentará cambios en este ámbito, adaptando su situación laboral a las nuevas circunstancias. Las madres suelen vivir negativamente tener que tomar esta decisión, experimentando sentimientos contradictorios respecto a si es mejor seguir trabajando o quedarse en casa para cuidar al bebé. En las parejas en las que ambos cónyuges continúan trabajando tras convertirse en padres, se suele observar un reparto más equitativo de las tareas domésticas y una mayor implicación del padre varón en las tareas relacionadas con el cuidado y la crianza del bebé.

LAS RELACIONES SOCIALES

La llegada del bebé puede ejercer ciertos efectos sobre las relaciones sociales, habitualmente mantenidas por los padres, en algunos casos para intensificarlas (generalmente con la familia), y en otros disminuyéndolas (por ejemplo saliendo menos con los amigos). En ambos aspectos, estas consecuencias se observan en el caso de sujetos que se convierten en padres por primera, existiendo pocos cambios en este ámbito en las sucesivas transiciones a la paternidad.

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