Miedos infantiles (Parte I)

La mayoría de los niños experimentan muchos temores que son asociados a una determinada edad y que corresponden  con la maduración de las estructuras cognitivas del niño.  Estos miedos son transitorios, leves  y se superan espontáneamente a medida que el niño se desarrolla.  Estos miedos no son más que un sistema de alarma que los niños utilizan para evitar situaciones peligrosas. Por lo que no son más que respuestas instintivas y universales (innatas) cuya función es la protección (separación de los padres, miedo a los animales, miedo a daños físicos...). Por otro lado la ansiedad, que  es una reacción más difusa y anticipatoria de los miedos, se ha considerado como un mecanismo evolucionado que facilita la supervivencia de la espedifercie. Por lo que será importante diferenciar estos miedos "normales" de los "patológicos" (fobias), ya que estos últimos pueden persistir durante años y pueden mantenerse en la edad adulta. 

Los miedos evolutivos son respuestas universales, no aprendidas, que van apareciendo a diferentes edades y que se superan espontáneamente. Por otro lado hay que distinguirlos de las fobias que a diferencia de los miedos evolutivos, persisten durante años.




Estos miedos no aprendidos se engloban dentro de cuatro categorías globales:

  • Miedo a estímulos intensos: fuertes ruidos, tormentas... 
  • Miedo a la ausencia de estímulos: la oscuridad (uno de los más frecuentes)
  • Miedo a estímulos desconocidos: miedo a los desconocidos , interactuar con desconocidos... (tanto adultos como niños)
  • Miedo a estímulos que pueden suponer un peligro para la supervivencia: las alturas, animales salvajes...



MIEDOS EVOLUTIVOS MÁS FRECUENTES POR EDADES:

  • Primer año de vida (0-12 meses aproximadamente): respuesta de llanto ante estímulos intensos y desconocidos, también cuando se siente desamparado y quiere cubrir una necesidad. Miedo a la separación de la figura de apego, personas y objetos extraños.
  • Inicio niñez (12-30 meses aproximadamente): miedo a la separación y a los extraños, miedo a pequeños animales
  • Preescolar (30 meses- 6 años aprox.): miedo  la soledad, la oscuridad y a los seres imaginarios (monstruos, fantasmas...), a los animales (aquí es donde pueden comenzar las fobias que pueden permanecer en la vida adulta). 
  • Niñez media (6-11 años aprox.): miedo al daño físico (muerte, peligro...) o a los médicos (heridas, sangre e inyecciones), comienzo de los miedos escolares (ridículo, crítica, mal rendimiento escolar...),  y temor a los conflictos familiares (divorcios, discusiones...)
  • Preadolescencia (11-13 años aprox.):  miedos escolares, sociales (relaciones interpersonales) y autoimagen. 
  • Adolescencia (13-18 años aprox.): Pérdida de autoestima, miedos sociales y éxitos  académicos, reconocimiento por parte de los demás. Necesidad de búsqueda de identidad. 


ORIENTACIONES PARA LOS PADRES

Ante todo hay que  vivir la situación del niño con tranquilidad, procurando no mostrar delante de él preocupación o angustia. Ya que el niño puede interiorizar los patrones de conducta que el niño observa de los padres. Por otro lado el mostrar excesiva preocupación puede ser un mal modelo  y puede llevar a aumentar la tensión. Hay que evitar ridiculizar al niño (sobre todo delante de sus compañeros) y tampoco deberemos castigar la conducta, pues principalmente hay que dirigir la atención hacia la solución.
No es recomendable forzar al niño a enfrentarse a las conductas que teme. Deberemos hacerlo a través de aproximaciones sucesivas. En el caso del frecuente miedo a la oscuridad, podemos hacer que la habitación vaya teniendo distintos grados de iluminación, disminuyéndola hasta llegar a la total oscuridad, para que el niño vaya progresando poco a poco. Podemos reforzar al niño tras su  éxito de exposición a las distintas iluminaciones con algún premio o realizar una actividad conjunta de su agrado. Durante estas aproximaciones, podemos emplear el juego y la imaginación. Pero ante todo no podemos olvidar que el niño irá avanzando poco a poco.


Otras técnicas psicológicas que se emplean bajo supervisión de un profesional  son las escenificaciones emotivas (incluye la aproximación sucesiva al objeto o a la situación temida junto con una serie de instrucciones en las que el héroe favorito del niño y el mismo se enfrentan a ese miedo) y el modelado (el niño ve como el adulto se enfrenta a la conducta temida, aunque es más eficaz si el modelo es de su grupo de iguales). Ésta última técnica ha resultado eficaz también  grupo. Por otro lado, a veces será conveniente usar técnicas de relajación.


IMPORTANTE: 

Cuando los miedos son más severos, perduran más en el tiempo y alteran significativamente el funcionamiento del niño en sus distintos entornos (familiar, escolar o social)  podemos encontrarnos con miedos que ya no formarían parte del ciclo evolutivo “normal” sino que deberían ser objeto de tratamiento especializado (fobias específicas, trastornos de ansiedad u otros). Ante cualquier duda consulte con un profesional de la salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario